La Sabiduría es, a no dudar, quizás la más bella y trascendente de todas las virtudes que puede poseer cualquier profano y, con mucho mayor razón, cuando se trata de un hermano masón, incluso superior a otras grandes virtudes y cualidades, como son la humildad, el desapego, la constancia, la tolerancia, la sinceridad, la inteligencia o la misma compasión.
"Me refiero a la sabiduría, porque es lo que más se asemeja o se proyecta hacia la perfección, o a la armonía y la paz a la que puede pretender, en alguna medida, alcanzar el comportamiento humano en todas y cada una de sus dimensiones. Quien quiera que la posea es un verdadero maestro y un líder en el sentido amplio del término y del concepto"
En realidad, la sabiduría no es otra cosa que la manifestación objetiva y concreta que se materializa a través de las actitudes, el estilo de vida una cualidad en particular o una decisión determinada que se asume frente a los acontecimientos cotidianos, e involucra de forma directa a quien o a quienes se comportan de una forma determinada y hasta diferente, frente al común denominador de las personas.
"Entonces, es sabio, quien logra dominar el conocimiento de las leyes naturales y espirituales. Es saber muchas cosas, pero también es tener tino, juicio, discreción, mesura, discrecionalidad, templanza, prudencia y por, sobre todo, un gran aprecio y estima hacia los demás. Hablo de tener la ponderación necesaria para saber comportarnos de acuerdo a las leyes naturales, universales, existenciales, filosóficas y espirituales".
Por lo tanto, sabiduría no es otra cosa que darle a la vida y a nuestro comportamiento individual, grupal o colectivo, la simetría necesaria para poder apreciar y entender qué es lo que acontece en nuestro entorno, cómo nos comportamos cada uno de nosotros, y cómo debemos interpretarlo frente a las vicisitudes y dramas de la vida. Y es que la simetría no es ajena a nuestras vidas, ni a nada de lo que nos rodea o acontece en nuestro entorno personal e íntimo, en razón a que el orden y el caos, el bien y el mal, el egoísmo y la entrega, el amor y el odio, la superioridad e inferioridad, la vanidad y la humildad, y la ambición o la mesura son factores trascendentes, que siempre pugnan cada uno de ellos, dentro de nosotros, por tener una mayor presencia y preponderancia en nuestra mente y en cada una de nuestras actitudes, y por qué no señalar el rumbo que marca nuestras vidas, respecto a nuestras decisiones y acciones.
Sabiduría es pensar, hablar, sentir y actuar en armonía con el bien de los demás, aun cuando podamos sentir que nuestras decisiones pueden aparentar ser incomprensibles o no estar de acuerdo con los demás
En ese sentido, sabiduría no necesariamente es la acumulación constante y permanente de conocimientos e información de todo género, como si ser sabio, fuera en términos mezquinos saber más que los demás, o saber cosas que no saben otras personas. Sabiduría no es otra cosa que humildad y mesura, y por sobre todo, luchar constantemente con nuestro poderoso ego, que aparece oculto, que nos aleja de la realidad, nos ensimisma, nos hace ciegos para no ver lo que pasa en nuestro entorno, y, por último, nos engaña haciéndonos creer que somos los más importantes de todos y que todo gira a nuestro alrededor, como si fuéramos los únicos que vivimos y sentimos; que estamos por encima de todos, y que todos viven alrededor de nosotros como si cada uno de nosotros fuéramos el centro de nuestro propio universo.
La sabiduría es la habilidad desarrollada a través de la expe riencia, la iluminación y la reflexión para discernir la verdad y el ejercicio del buen juicio, y muchas veces está conceptualizada como un desarrollo avanzado del sentido común. La mayoría de sicólogos y sicoanalistas se refieren a la sabiduría como un concepto distinto de las habilidades cogniti vas, medidas a través de pruebas de inteligencia. La sabiduría tampoco se puede enseñar, sino que se desarrolla, fundamental mente, a través de la experiencia, y en la práctica está asociada con la virtud de la prudencia. De esta forma se la asocia con personas que llevan una larga vida. Es así como la sabiduría es considerada, tanto por la cultura, la filosofía (de hecho, viene de "filo", que es amigo o buscador, y" sophia", que en griego es sabiduría) y la religión como una virtud, la cual permite ser utilizada para promover el bien común, más allá de la propia satisfacción personal e individual (que es lo que se conoce como egoísmo).
O mejor dicho en breves palabras: Sabiduría es la capacidad superior de entregar el conocimiento y las experiencias adquiridas a lo largo de nuestra vida, a la persona o a las personas que conviven en este mundo con nosotros, en el momento indicado, en el momento preciso.
La Sabiduría es una herramienta que todo iniciado necesita para construir Templos a la Virtud recordemos que un templo no solo es el punto geométrico en el que nos encontramos actualmente, sino un templo es nuestro cuerpo mismo.
Entonces, un Templo a la Virtud es un lugar en el cual se puede trabajar por la búsqueda del perfeccionamiento integral de los hombres, la búsqueda de la verdad y la lucha contra la ignorancia.
Y para construir estos Templos a la Virtud, es necesario que la sabidu ría guie nuestras acciones, que la fuerza nos ayude a sostenernos en momentos de pruebas difíciles y salir adelante, y la Belleza para adornar nuestra vida y nuestras almas.
QQ:.HH:.Jaime Reines y Ernesto Duperly.
Cámara 18° De los Caballeros Comendadores de la Corte de Honor.